Los marcos, ya sean de madera, polietileno, metal u otro material, son más que importantes a la hora de encuadrar imágenes y darles una mirada objetiva. Sin importar de qué evento se trate, si el producto final es acerca de enseñar imágenes a un público vasto, los marcos deberán resaltar el color, la textura, la forma y el fondo de la imagen.
En el caso de que sea una muestra o una exposición cultural, los marcos deben ir acordes a cada obra en particular. Muy probablemente, si una pintura o fotografía es minimalista, el marco deberá ser de un solo color, neutro y apagado. La idea es que no le quite protagonismo a la obra.
Sin embargo, y en ciertas ocasiones, las obras se componen de varios trabajos, formando un díptico o tríptico. En estos casos, es mejor que las obras vayan juntas, una al lado de la otra, y que se enmarquen en un solo gran marco.
Los marcos representan una idea, el concepto de que una determinada imagen puede estar limitada por un borde claro. Este borde contribuye a que la vista se enfoque hacia el interior de la imagen. Asimismo, cuando se proyectan imágenes, el marco es el borde de la luz. En el caso de otros objetos, puede ser un cristal, una separación, un contenedor. Los marcos no son sólo rectángulos físicos: son límites para dirigir la visión.
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